En el marco de la Celebración del Día del Idioma, desde el Programa de Licenciatura en Educación Bilingüe queremos destacar las producciones escritas de estudiantes en la asignatura de Competencia Comunicativa. Éstas son el resultado de un ejercicio creativo, en el estudio de aspectos gramaticales del idioma.

Compartimos a continuación estos microcuentos en los que la originalidad y creatividad en el uso del lenguaje literario nos regalan mundos ficcionales, a través de los cuales podemos pensar el sentido humano y el valor de la lengua. En especial, en una época difícil que nos desborda hoy, donde la emergencia sanitaria mundial nos pone de cara a la necesidad de repensar el sentido de la vida, las dinámicas sociales, económicas, políticas, espirituales, culturales, educativas, entre otras; explorando formas de comunicación, movidas por la necesidad de estar en contacto con los otros, expresar la apropiación conceptual que hacemos del mundo, las expectativas, deseos, creencias, valores, etc, mediante sistemas simbólicos que nos llevan a inventarnos maneras creativas de abordar la lengua, enriqueciendo y expresando la dimensión estética de nuestro lenguaje.   

Liliana B. Jalk Barrios 

Docente Competencia comunicativa, C.U.R. 

Magíster en Literatura Hispanoamericana y del Caribe, Universidad del Atlántico.   

MICROCUENTO: RÍO DE CRÁNEOS 

AUTOR: JESÚS JIMENEZ JURADO, SEGUNDO SEMESTRE, JORNADA DIURNA 

“Es la cosa más monstruosa que he visto en este pueblo”. Fue lo aseguró Beatriz, asustada al contemplar miles de cráneos humanos en la orilla del río NorthWatter del pueblo de Greendale. Pero, para poder explicar el porqué de esto, debo empezar por el día en que todo empezó. Era una mañana nublada, común Greendale, Beatriz salía de su casa para ir a la escuela junto a su amigo Archibal, en el camino se encontraban con Verónica novia de Archibal y mejor amiga de Beatriz. Llegando a la escuela, encontraron un gran número de personas reunidas viendo algo que estaba sobre la carretera. Cuando estos tres vieron de qué se trataba, Beatriz cayó en llanto, ya que era el cuerpo decapitado de Forsythe, su novio, que estaba en un trémulo sillón. Beatriz supo que era él por la ropa que traía, en especial, porque en el bolsillo del pantalón estaba el gorro que era común en Forsythe usar. Beatriz, al caer al suelo, se quebró el tobillo, por lo que Verónica la llevó de inmediato al hospital.  

En el hospital, Beatriz y verónica, en lo que esperaban al doctor que atendiera a Beatriz, se percataron que el cuerpo decapitado de Forsythe no era el primero que aparecía en Greendale. Sino que, con él ya sumaban quince, sin contar los que habían aparecido en los pueblos vecinos, con los que se llegaba a un total de setenta aproximadamente. En fin, el médico llegó y le pidió a verónica que esperara afuera. Beatriz notó al médico algo extraño, sobre todo por el delantal ensangrentado que traía, pero éste no la dejó decir ni una sola palabra y le inyectó una sustancia algo translúcida en la pantorrilla. Beatriz trató de defenderse con una cuchara, pero quedó inconsciente.  

Cuando Beatriz abrió sus ojos, notó que se encontraba en un camión. Viendo que no había conductor, se asomó por la ventana identificado al médico del hospital en la orilla del Río Northwatter. Beatriz, además, notó que dentro del camión no estaba solo ella, sino que por lo menos unas seis personas más estaban ahí. Primero, pensó que estaban dormidas, pero luego vio que no, ya que los cuerpos empezaron a botar un hedor. 

El médico volvió al camión y, cuando se disponía a acelerar, Beatriz sin resignarse a seguir allí, y sin que el médico se diera cuenta, saltó por la ventana, cayendo en la orilla del Río Northwatter. Como ella estaba con el tobillo mal, empezó a arrastrarse. Luego sintió con su mano algo redondo. Al ver qué cosa era, notó que se trataba de un cráneo humano, luego vio otro, y otro, y otro. Lo que parecía sacado de una película de terror, era lo que Beatriz estaba viviendo en ese catastrófico momento. Sin embargo, como por un golpe de suerte, Beatriz se dio cuenta que aún tenía su celular y llamó a emergencias. 

Días después, mientras Beatriz estaba en su casa recuperándose, llegaron Archibal y Verónica, quienes le contaron que el médico era líder de una banda traficante de órganos. Su estrategia era secuestrar a sus víctimas en los hospitales, llevarlos a una granja y ahí hacerlos engordar para luego cortarlos en pedazos, extraer sus órganos y vender toda la carne del cuerpo en los supermercados del pueblo. Los cráneos encontrados en la orilla del Río Northwatter eran de todas las víctimas que habían desaparecido en Greendale, y que luego aparecían decapitados en algún lugar del pueblo, entre esos Forsythe. 

MICROCUENTO: TRES DÍAS 

AUTORA: CAROLINE MARÍA PÉREZ, SEGUNDO SEMESTRE, JORNADA DIURNA 

TRES DÍAS 

Juan despertaba temprano todas las mañanas y preparaba su café con tres cucharaditas de azúcar. Vivía en una hermosa casa frente al mar. Siempre que su reloj marcaba las 5 de la tarde, llegaba la quietud y se ponía sentimental. Tenía un tumor en el cerebro, que cada día iba creciendo, por eso vivía cada día como si fuera el último. 

Ese 18 de febrero, Juan fue al hospital y, como siempre, su médico lo examinó. Al finalizar la cita se fue a su casa y se durmió. Al día siguiente, se alistó para ir a la boda de su hermana. Estando allá se formó un alboroto. Resulta que habían encontrado al novio besándose con una de las damas de honor.  

Empezó a sentirse mal, así que decidió ir al médico de nuevo. Éste le dijo que le quedaban 3 días de vida, que debía empezar a utilizar unos medicamentos para relajar. Y al pasar los tres días se cumplió lo que dijo el doctor. Ese 21 de febrero de 1990, Juan cerró sus párpados para siempre. 

MICROCUENTO: CLARA Y LUZ 

AUTORA: MERY ANN CIRO CAMPO, SEGUNDO SEMESTRE, JORNADA DIURNA 

Esta es la historia de Clara, una niña de 10 años que le encantaba jugar en su jardín con su hermosa muñeca Luz. Un día descubrió que había algo raro en ella. Clara tomo su teléfono para grabar lo que pasaba y aseguró que iba a descubrir qué le ocurría a su muñeca favorita. A la mañana siguiente, muy temprano, se dio cuenta que Luz se activaba con el sol. Luz podía hablar y convertirse todo el día en su amiga. Al comienzo sintió miedo y pensó que era solo parte de su imaginación. Empezaron las dudas y preguntas ¿Cómo mi muñeca puede hacer esto? Pensó que se estaba volviendo loca. 

Clara estaba muy feliz con su nueva amiga, todos los días jugaban sin parar y reían a carcajadas. Pasó el tiempo y llegó el invierno, el poco sol que lograba asomarse a su ventana no revivía a su muñeca. Clara fue a su habitación, apagó todas sus luces y sólo dejó encendida una lámpara rosada. Pensó que esto podría mantener activa a Luz, pero no fue así. Clara atravesaba una delicadísima tristeza, sólo se la pasaba durmiendo y quebrándose en llanto tratando de revivir a Luz. Su padre médico, la notó extraña; sabía que su hija no andaba bien, escondía un secreto. Así que la examinó, le revisó los parpados porque estaban hinchados de tanto llorar, le preguntó qué le pasaba, pero Clara no se atrevía a contarle. Su madre seguía dándole consejos. Clara no hablaba con nadie. 

Pasaron 3 meses y llegó el primer día de primavera. El sol cumplió su prometido, salió más fuerte que nunca. Clara tomó del brazo a su muñeca y corrió al jardín. Luz despertó, las flores bailaban de la alegría, la amistad continuó, Clara y Luz brillaban sin parar. 

MICROCUENTO: EL PRECIO ALTO DE UN AMOR 

AUTORA: MELISSA KLEBER, SEGUNDO SEMESTRE, JORNADA DIURNA 

EL PRECIO ALTO DE UN AMOR 

Me encantaba salir al balcón para apreciar la sublime vista que me regalaban las brillantes estrellas que decoraban aquel cielo turquesa. Después de haber perdido todo interés romántico por cualquier chico, mi última ruptura no fue para nada buena. Ya sé que ninguno es bueno, pero después de haber abierto tu alma con una persona, lo poco que esperas es quedar en buenos términos, pero desgraciadamente no es mi historia; los engaños y maltratos dejaron inmóvil este pequeño corazón. 

Esa noche decidí salir a caminar por el silencioso puente del Río Sumidagawa. Mientras caminaba cerca de éste, admiré el agua translúcida dejando ver uno que otro koi. Suele ser bastante inusual, ya que el agua suele tener un color marrón debido a la contaminación. Estaba por llegar a la conclusión que acabar una relación de 7 años me estaba dejando mal. Suspiré profundamente mientras metía mis manos dentro de los bolsillos de mi chaqueta; apreté la mandíbula al sentir el anillo de compromiso que me había dado aquel zopenco. Lo saqué de inmediato examinando cada detalle de éste, pues había que admitir era un anillo bastante fino donde todos los pequeños diamantes se encontraban recubiertos por un suave baño de oro dándoles a cada uno elegancia sin igual. El trabajo de médico de mi ex enamorado le permitían costearse este tipo de regalos, pero por más dinero que tuviese, cada último juramento de amor eterno era un dardo impregnado de veneno para mi alma. Así que, mientras las lágrimas recorrían mis mejillas, lancé el anillo al río para ponerle fin a este estúpido sufrimiento. 

MICROCUENTO: SIEMPRE CON EL CORAZÓN ROTO 

AUTORA: ANDREA DÍAZ RODRÍGUEZ, SEGUNDO SEMESTRE, JORNADA DIURNA 

SIEMPRE CON EL CORAZÓN ROTO 

Allí se encontraba ella, sentada en el sillón recordando todos aquellos momentos junto a su amado, mientras leía la carta que éste le escribió. La había abandonado, se había marchado temprano para no despertarla, lloraba desconsoladamente y con cada parte de su corazón quebrándose en diminutos pedazos, haciéndola sufrir cada vez más. Pero su dolor no duro mucho, ya no podía hacer nada, así que se resignó y decidió arreglarse para salir a despejarse un rato. Mientras se bañaba pensó “¿Qué había hecho mal?”, “¿Había algo mal con ella?”, “¿Por qué siempre terminaba con el corazón roto?” Todo el tiempo que estuvieron juntos ella se había dedicado a ser una buena novia, a complacerlo. Cumplió con su parte de la relación, entonces ¿por qué él la había abandonado así sin más? Se arregló como si todas las cosas en su vida estuvieran bien, se colocó con un lindo vestido que resaltaba su delicada figura y optó por usar unas relucientes joyas que no llamaran tanto la atención.  

Al salir de su casa caminó hasta llegar a un almacén de ropa que tanto le gustaba. Al estar observando los diferentes atuendos de las vitrinas, por el rabillo del ojo, vio pasar a una pareja algo familiar. Lo único que pudo hacer fue salir a observar de qué se trataba. Pronto descubrió que era lo que más temía, la imagen que estaba frente a sus ojos no era lo que ella esperaba “su ex y su prima juntos”, “¿Qué hacían ellos juntos?”. Decidió encararlos, necesitaba una respuesta a todas las dudas que empezaban a surgir en su cabeza. La ira se apoderó de ella y optó por dejar las preguntas de lado. Ellos la habían lastimado de la peor manera, no iba a darles el gusto de excusarse; así que se acercó y los llamó, tomó una postura rígida lista para lo que estaba a punto de hacer. A ella le dedicó una mirada asesina, y a su ex le pegó una cachetada y le golpeó en sus partes nobles, y se marchó. Ahí los dejó, a él retorciéndose del dolor y a ella sintiéndose como una completa basura. Se puso en marcha a hacer algunas diligencias y en el camino pensaba por qué la vida se la pasaba colocando terribles personas en su vida que solo la herían cada vez peor. Pero, llegó a la conclusión de que nada podía hacer, más que seguir adelante como lo había hecho otras veces. Tenía que empezar a hacer buenas elecciones con respecto a quien entraba a su vida si no quería ser lastimada de nuevo. 

MICROCUENTO: EL REGALO 

AUTORA: MÓNICA SALCEDO, SEGUNDO SEMESTRE, JORNADA NOCTURNA 

Era su cumpleaños número quince y estaba muy emocionada, pues en su casa se acostumbraba a hacer grandes celebraciones y la de ella no podía ser la excepción. La noche anterior se dedicó a pensar en los regalos, en el vestido y el ponqué. Pero, sobre todo, pensaba en los regalos; los de las tías que venían de lejos, los amigos y el más importante el de su papá. 

La visitó mucha gente durante la fiesta y sentada en aquel sillón ataviada con su vestido rosa, recibía uno a uno los regalos anhelados. Pero, no estaba tranquila, pues faltaba el más importante, el que haría que todo aquello valiera la pena, por el cual aquel cuento de hadas sería posible. Cuando llegó el momento, se sintió nerviosa. Finalmente, allí estaba él. Era su padre y juntos bailaban en aquella creación fantástica. Esa fue la primera vez, el regalo esperado, el día 1 de quince años en que al fin podía cumplir su sueño.  

MICROCUENTO: EN BUSCA DE RESPUESTAS 

AUTOR: VICTOR BRUME MARTÍNEZ, SEGUNDO SEMESTRE, JORNADA NOCTURNA 

EN BUSCA DE RESPUESTAS 
 

Érase una vez, en un pueblo, en Venecia, Italia, un hombre de tez negra, cuyo más profundo sueño había sido encontrar las respuestas a preguntas que él se hacía. sin embargo, su madre era muy rígida y de días tristes y aburridos. Ella y sus familiares habían creado una escuela para niños de bajos recursos en italia. Él examinó el comportamiento de muchos niños y en un sillón de madera dedicó todas sus mañanas a gritarle al cielo ¿por qué?, reclamando cada instante. 

Este hombre sólo se quejaba del calor y de la creación de los hombres y aseguró que él había hecho todos sus esfuerzos para alguna vez encontrar la respuesta a esto. Él se resignó y, de hecho, buscó y visitó médicos y personas encargadas, pero nunca cumplió consigo mismo.  

Chágara, como era conocido por muchas personas, porque cuando era pequeño le gustaba hacer mordidas cogiéndole el brazo a su hermano mayor y la cara hasta llegar a las cejas, ojos y párpados, lamiendo la nariz y fosas nasales; se consideraba loco y loco por la vida. Aunque, en realidad, sólo era un ser en busca de respuestas. 

MICROCUENTO:  El dragón y la vieja Inés. 

AUTORA: Liliana Acosta Ballesteros

Hace mucho tiempo se escuchó el rumor de haber visto un dragón sobrevolar por las hermosas playas de la ciudad de Paupes. Pero ninguno podía asegurarlo, pues nadie lo había visto. Solo hasta hace poco tiempo cuando la vieja Inés, en un día lluvioso, estaba sentada en la puerta de su casa viendo caer tan torrencial aguacero y escuchando aquella música que solo a ella le gustaba; aquella que le traía tan hermosos recuerdos de su juventud. Cuando de repente vio en el cielo algo tan grande que iba perdiendo fuerza y se precipitaba velozmente cerca de su casa, asustada inmediatamente salió gritando hacia el interior de su casa y le contó a su hija lo que había pasado y armándose de valor tomó su vieja lámpara, se puso su impermeable y salió junto con su hija a ver aquel extraño suceso y al llegar al sitio descubrieron que se trataba de un bebé dragón que había caído sobre las rocas cortando su muslo, viéndolo frágil e indefenso, entonces a escondidas entre las dos lo llevaron hasta su casa para poder ayudarlo. 

Ahora ellas con miedo a que las demás personas le hicieran daño decidieron quedarse calladas y solo avisarle a su médico de confianza para que las ayudara, este fue y muy asustado por lo visto tiró del mantel y dejó caer el cristal más fino que tenían en la mesa, pero al mismo tiempo mostró su fuerza, se acercó y lo atendió, les dijo que le dieran algo de tomar y de comer, pues estaba muy deshidratado. La vieja Inés trajo de su nevera una rica guanábana. El dragón, al olerla, levantó su cabeza y de un solo bocado se la comió. Su rostro cambió, se levantó y volando se fue. La vieja Inés, por su gordura, perdió el equilibrio y golpeó su tobillo; el medico salió de la casa asegurándoles a todos que aquel hermoso bebé ya se había marchado. 

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