Por: Katherine Londoño Posada
El pasado jueves 21 de marzo la UniReformada brindó a su comunidad universitaria un conversatorio centrado en los procesos sociales y políticos que transforman el papel de las instituciones religiosas en Europa y América Latina, donde las luchas relacionadas con los derechos humanos abogaron por nuevas formas de vida en libertad. El tema estuvo retroalimentado por tres expertos, entre estos la doctora Viktóría Samsay, docente e investigadora de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Károli Gáspár de la Iglesia Reformada en Hungría, y los doctores César Carhuachín y Milciades Pua; docentes e investigadores del programa de Teología de nuestra institución.
Samsay, explicó los diferentes fenómenos culturales que dieron como consecuencia la separación del Estado con la Iglesia en Europa durante los siglos XVIII-XX. Entre estos la Revolución Industrial en 1760 con los inventos técnicos y el desarrollo de la producción, en cuya dinámica comercial floreció la necesidad de nuevas instituciones que organizarán lo económico, político y social. A la vez sucedía la Ilustración y la Revolución Francesa (1751-1789) que dio lugar a la separación de los tres poderes: Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Todo esto trajo como resultado nuevas constituciones escritas con enfoque en los derechos de hombre y el ciudadano, reestructuración de poderes, eliminación de privilegios feudales, entre ellos los de la Iglesia: abolición de diezmo, la jurisdicción clerical, el sistema de señorío y mayorazgo; este último refiriéndose al derecho civil que permitía transmitir por herencia al hijo mayor la propiedad de los bienes de la familia, asegurándose que estos no se diseminaran sino que solo pudieran crecer y mantenerse concentrados.
Se explicó también cómo las revoluciones liberales (1789-1848/1860-1870) fueron determinantes para esta separación. Al consolidarse un nuevo sistema político-económico- social el Estado le quitó a la Iglesia las facultades que gozaba sobre los registros de nacimiento, de muerte y de matrimonio, y la educación se secularizó para nombrarse constitucionalmente laica, lo que por supuesto le restó poder a la institución eclesiástica, centrándose ahora en los valores de libertad, incluida la de culto.
Para Mercedes Gómez, estudiante de tercer semestre de Teología, los temas tratados en el conversatorio fueron pertinentes:
“No podemos olvidar nuestro papel como iglesia y preguntarnos ¿de dónde venimos? ¿Cuál es el papel que han tomado el Estado y la Iglesia durante siglos? ¿Dónde estamos ahora como agentes políticos dentro de la sociedad?. Creo que nos falta mucho por aprender; estos temas nos permiten avances sociales”.
En América Latina la historia va a otro paso
Desde el punto de vista latinoamericano el doctor César Carhuachin hizo un amplio recorrido por varios momentos históricos clave, haciendo énfasis en la diferencia entre la separación legal, en papel, y la práctica en la transformación social. Así mismo, mencionó que es relativa e incluso no existe la libertad de conciencia si se supone que la ciudadanía tiene derecho a objetar leyes como las que otorgan exenciones de impuestos o pagos del gobierno a funcionarios de la iglesia (con los presupuestos tributarios de la ciudadanía), pero dichas objeciones no tienen mayor relevancia en el acontecer real de las agendas nacionales.
Igual de relativa resulta pues la separación Iglesia-Estado si el hecho de que estas instituciones religiosas tomen o no postura sobre temas políticos es determinante para su resolución. Las dictaduras latinoamericanas (e incluso europeas como la de Franco en España y la de Hitler en Alemania) son ejemplos de la injerencia que tienen las instituciones religiosas sobre los lugares de poder en cada gobierno, y viceversa. Durante el período de Augusto Pinochet en Chile, por ejemplo, el apoyo de la iglesia a la posesión del general fue valiosa para ubicarlo y mantenerlo; en Perú sucedió similar durante los noventa, con el apoyo de los evangélicos a Alberto Fujimori desde las elecciones y hasta los primeros años de gobierno, y en Argentina durante la dictadura de Jorge Rafael Videla, cuando unas pocas instituciones religiosas intentaron denunciar y rechazar los atropellos a los derechos humanos por parte del ejército, pero la mayoría decidió no pronunciarse.
Para el caso de Colombia el vicerrector Milciades Pua aseveró: “este es un país que toma decisiones políticas a través de la iglesia desde tiempos pasados”. Su discurso se basó en un versículo del Libro Segundo de los Reyes en el antiguo testamento y enfatizó en el pensamiento crítico, la voz profética y el liderazgo. Además, a tono con el comentario del doctor Carhuachin sobre la falta de igualdad religiosa que se evidencia en la consideración de la iglesia católica romana como “La Iglesia” dejando de lado otras posturas confesionales (que solo obtienen el estatus legal pero no la misma relevancia), el Dr.(c) Pua señaló que los dos partidos confesionales con base ideológica religiosa en Colombia no representan a la Iglesia Presbiteriana, por sus pensamientos conservadores fundamentalistas y excluyentes de nuevos puntos de vista.
Tejiendo lazos intercontinentales
El conversatorio «Relación Iglesia-Estado y libertad religiosa: una perspectiva latinoamericana y europea» así como otros eventos de esta temporada se realizan en el marco de la visita de la doctora Samsay en Barranquilla, como una oportunidad de abrir diálogos interculturales que enriquezcan el ejercicio educativo y los procesos sociales que desde aquí se gestan. Durante la estadía de esta profesora húngara en la ciudad por invitación de la UniReformada, se han concretado también reuniones estratégicas con los diferentes coordinadores de los programas en busca de fortalecer alianzas de intercambio académico para que nuestros estudiantes puedan viajar a la Universidad Károli Gáspár en Hungría.